7 febrero, 2017

Las tres claves del funcionamiento de un grupo

Children in elementary school on the workshop with their teacherVaya por delante que esto que voy a explicar hoy vale para cualquier grupo, desde tu familia hasta el grupo de tus alumnos en clase, pasando por el equipo de profes, el equipo de fútbol, el grupo de amigos o los miles de trabajadores que forman la plantilla de una multinacional. Así que es algo muy importante para conseguir buenas dinámicas de funcionamiento en todo tipo de equipos.

A mí suelen llamarme los colegios y las empresas cuando hay problemas, no me llaman para que los aplauda cuando las cosas van perfectas, así que lo primero que hago es preguntar qué es lo que pasa, qué es lo que quieren mejorar y qué creen que no funciona suficientemente bien. Muchas veces me encuentro con listas larguísimas de problemas por resolver y una importante y generalizada sensación de angustia en las caras de aquellos con los que hablo. La razón de esta sensación que tienen es el resultado del método que utilizan para «resolver» esos problemas que hay en la lista. Eligen el primero que han escrito o el que consideran más urgente o el más importante y lo resuelven. Lo atacan, le buscan una solución y lo resuelven y resulta que el poco tiempo el problema que habían resuelto, o eso creían, ha vuelto a aparecer en una forma igual, muy similar o completamente distinta y la lista de problemas jamás se reduce, sino que se mantiene más o menos igual o incluso crece.

¿Te imaginas esa sensación? Seguro que sí porque estoy bastante seguro de que la habrás vivido también en el ámbito escolar.

Es evidente que cuando me contratan lo hacen porque soy un experto y es verdad, lo soy. Pero no soy experto en su empresa, en su colegio, en su equipo. Los expertos mundiales en eso son ellos mismos, no yo que acabo de aterrizar allí. Así que esperar que yo sea el mago que resuelve todos los problemas en unos días o en unas semanas es algo que no pueden esperar y que yo no pretendo hacer porque no está en mi poder, por más experto que sea.

Lo que yo recomiendo es dejar de mirar el síntoma y centrarse en la causa. Pensemos como un buen médico, un buen terapeuta o un buen coach. El síntoma es solo el reflejo del problema de verdad, si resolvemos solo el síntoma tomaremos decisiones que solo atacan el efecto de algo no su causa; si, en cambio, atacamos la causa, resolvemos el problema para siempre. Si alguien tiene problemas en la espalda o incluso de vértigo podemos darle una antiinflamatorio cada ocho horas hasta que su estómago aguante y ya tengamos también el problema del estómago. La otra opción quizás sea estudiar la causa del dolor de espalda y del vértigo, que a lo mejor es una ligera diferencia entre la medida de las dos piernas que se resuelve con una plantilla en un zapato.

Vamos a olvidar la pastilla para el síntoma y vamos a centrarnos en la solución definitiva de la causa que lo provoca.

Las 3 claves de un sistema

Un grupo, un equipo, una familia, una empresa, una banda, un colegio, son un sistema, es decir un conjunto de personas conectadas por un vínculo. Cuando se da esta circuntancia hay que tener en cuenta solamente tres aspectos que son clave para que ese sistema funcione muy bien. Sí, solo tres. Cuando yo llego a la empresa que tengo que asesorar y me encuentro con una lista de 50 problemas saco la varita mágica y los convierto en 3. Todos esos cincuenta problemas se pueden agrupar siempre en tres causas que los provocan. Solamente en tres. Cuando equilibramos esos tres aspectos, los problemas se resuelven y dejan de aparecer en ninguna forma. Las tres claves son:

  • El orden

En todo sistema ha de haber un orden que tiene que ser claro para todos los que lo integran, si ese orden, por el motivo que sea está alterado y alguien hace un papel  que no es el que ha de tener, se produce un desequilibrio que se manifestará en forma de conflicto. Por ejemplo, en un grupo clase el profe no asume su papel de líder del grupo y lo que ocurre es que un alumno rápidamente asume ese rol y se convierte en un contrapoder cada vez que el profe entra. Si es el líder que no ha de ser, porque ese papel debe ser para el profe, lo que ocurrirá es que habrá alumnos que seguirán a su compañero y otros que seguirán al profe, habrá algunos que al elegir tomarán decisiones equivocadas ya que en este caso nadie debería tener que elegir porque el orden solo puede ser uno y está alterado. Si el equipo directivo se centra en resolver los problemas de disciplina que eso generará solo se centra en los síntomas diversos que son consecuencia del problema que es simplemente de asumir el liderazgo por parte del profe. Un problema mucho más fácil de resolver que todos los que genera.

  • El equilibrio entre dar y recibir

El segundo aspecto clave es ese. En muchas organizaciones, sistemas, el equilibrio entre lo que dan unos y reciben a cambio se ha perdido en el olvido. Eso generará infinitos problemas y muy graves por falta de reconocimiento. Con la crisis económica se han acentuado y nos estamos acostumbrando a que muchas personas trabajen mucho tiempo por un sueldo que no les permite salir de la precariedad. ¿Hasta cuándo? Es fácil, hasta que el síntoma aparece. Tengo una amiga que trabaja en una pastelería, en el último mes y medio ha trabajado una media de 60 horas a la semana sin que su sueldo haya aumentado por ello en proporción, la remuneración de ese tiempo extra debía aparecer ahora con días de descanso añadido, pero resulta que a ella le ha tocado esperar a sus días de descanso un mes más por el sistema de turnos que la empresa ha decidido, entre tanto sigue haciendo 60 horas por semana ya que hay compañeros que sí están en sus tiempos de descanso por compensación. Resultado, ha caído en una depresión por agotamiento, baja de dos meses por prescripción facultativa; consecuencia, llamadas cada día de su jefa para presionarla para que regrese a pesar de la baja o tendrá que despedirla. Ejemplo de un sistema en que el equilibrio entre dar y recibir se ha ido directamente a paseo. Es mi amiga, pero no me pongo solamente de su lado, sino también del lado de su jefa que tiene un montón de problemas derivados de un sistema en que el equilibrio entre dar y recibir no existe.

  • La pertenencia al grupo

La tercera clave es esta. Cualquier miembro de un equipo ha de sentirse parte de él y además parte importante. Sea cuál sea su papel si forma parte del sistema es importante y ha de sentir siempre que es parte del equipo. Las empresas que mejor funcionan están muy atentas a que eso esté siempre presente en todo lo que hacen, que ningún trabajador sienta que no forma parte del grupo es una de sus principales preocupaciones. Mi consejo, por ejemplo, a los entrenadores de equipos deportivos siempre es el mismo «cuida mucho a los que no juegan porque ellos son los que evitarán problemas y serán soluciones cuando lleguen los imprevistos». Pues eso se puede aplicar perfectamente a tus clases, a los claustros de profes, al personal no docente de un centro y a los equipos directivos.

Seguiré ampliando estos aspectos en los próximos posts de esta semana y la próxima para no enrollarme mucho, pero ahora mismo ya puedes empezar a trabajar con tu lista de problemas y encuadrarlos en cada una de estas tres causas. Si lo haces, verás que, como hago yo, has convertido tu lista interminable e irresoluble en una lista corta de tres causas a la que podrás aplicar muchas estrategias. ¡Magia!

Jaume Josa, febrero de 2017

 

 

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