18 mayo, 2017

Cómo estructurar tu clase en tres partes y conseguir el máximo rendimiento de tus alumnos

Estructurar tu clase es una de las cosas más importantes que como profe pues hacer para mejorar el rendimiento de tus alumnos y para facilitarte tu trabajo. Es algo en lo que tu responsabilidad es completa y que, por tanto, depende solamente de ti. Si lo haces mal, tus alumnos se aburrirán, desconectarán, lo pasarán peor, se aburrirán y acabarán rindiendo por debajo de sus posibilidades. Si eso pasa, tú te sentirás mal, pensarás que tu trabajo no vale la pena, te desmotivarás y cada vez verás a tus alumnos como personas que no forman parte de tu equipo sino como adversarios. Eso es algo que jamás te puede pasar. Así que vamos a darle a eso una enorme importancia.

¿Por qué tienes que pensar en la estructura de tu clase?

Fundamentalmente porque necesitas que tu «cliente» se sienta muy identificado con lo que le das. A mí ya lo sabes, me gusta hablar de los alumnos como clientes porque en cualquier negocio el cliente siempre es alguien a quien se tiene muy en cuenta. Pues bien, en nuestro «negocio» no entiendo porqué no es así. Imagina que en un McDonalds a los clientes los hicieran sentarse en mesas con manteles, les hicieran comer con cuchillo y tenedor y tuvieran un código de vestimenta en que si no van con camisa, pantalón y zapatos no entran. ¿Sabes lo que ocurriría? Que se arruinarían porque no entraría nadie. Como conocen a su cliente es porque los restaurantes McDonalds son como son. Ahora vienen las dos preguntas que debes hacerte.

  • ¿Cómo es tu cliente?
  • ¿Tus clases se adaptan a cómo es tu ciente?

Si no sabes cómo es, tienes un problema, en primer lugar de vista. Porque los tienes cada día delante y no me creo que no hayas pensado en lo que les gusta y lo que no. Pero si no has adaptado tus clases a cómo son tus clientes, tienes un problema mayor. Tu restaurante está a punto de cerrar.

A tus alumnos el mundo no les pide tiempos de atención tan largos como una clase de una hora, si tú sí se lo pides en tus clases, estás pidiendo algo a lo que no están entrenados. Piensa cómo son las películas que les gustan a tus alumnos. No paran de pasar cosas en ellas, son como montañas rusas. Y si lo observas, cada vez triunfan más las series de televisión entre los adolescentes y los jóvenes. ¿Por qué? Pues porque piden un tiempo de atención de menos de 45 minutos y tienen pausas. No me extrañaría que pronto las películas de cine también se corten cada 45 minutos para ir al baño y salir a charlar. Si tus alumnos no son ni adolescentes y están en edad infantil, sus tiempos son aún más cortos. Mira alguna tarde dibujos animados y series infantiles con algún niño pequeño y eso te dará pistas de su tiempo máximo de atención. ¿Por qué piensas que Youtube tiene tanto éxito? Porque son tiempos muy cortos de atención lo que se les pide para consumirlo. Eso ha de llevarte a reflexionar sobre la narrativa de tu clase, sobre lo que va a pasar en ella.

¿Para qué estructurar tu clase?

Para conseguir aprovechar el máximo rendimiento de tus alumnos y el tiempo que tienes.  Lo que te propongo hará que tus clases sean mucho más dinámicas, más variadas, más divertidas pero no por ello perderán nada, ni un gramo, de eficacia y utilidad. No te equivoques pensando que esto es para sobrevivir en clase sin enseñar nada. Yo jamás haría eso. Soy un muy buen profe y eso me parece una estupidez. Yo lo hago para conseguir que mis alumnos aprendan mucho y les sea muy útil y tengo claro que si no están en forma, si se aburren y desconectan, no consigo mi objetivo. Por lo tanto eso no puede pasar en mis clases.

Estructurando tu hora de clase consigues varias cosas, todas ellas imprescindibles. Que entren en tu clase sin la influencia de lo que hayan hecho antes, por tanto con un «calentamiento» adecuado que evitará lesiones en forma de distracciones y pérdidas de tiempo. Segundo, que el tiempo de máximo rendimiento de tus alumnos esté claro desde el principio para ti y sepas qué has de hacer para aprovecharlo al máximo. Es el tiempo en qué lo que hagas más resultado dará en la formación de tus alumnos. Tercero aprovecharás para darles valor añadido profesional, como te decía en el post anterior, ya que podrán entrenar habilidades que necesitarán como el trabajo en equipo, la originalidad, la creatividad, la capacidad de comunicación, etc.

¿Cómo puedes estructurar tu hora de clase?

En tres partes.

Primera parte. Calentamiento.

No  empezarías un entrenamiento de fútbol sin calentar, ni de ningún deporte, ni para una maratón empezarías corriendo los primeros cien metros como un velocista, ¿verdad? Pues entonces ¿por qué hay veces que la clase empieza con lo más importante, sin calentamiento previo? No tiene sentido.

La primera parte ha de durar 10 minutos y ha de tener como objetivo que, sea lo que sea lo que hayan hecho tus alumnos antes, los sitúe en tu clase y los predisponga a lo que van a hacer. Te aconsejo juegos, curiosidades, noticias interesantes para comentar, concursos, vídeos… Encontrarás muchas ideas si te pones a buscarlas. Sea la que sea la que elijas, solo te valdrá algunos días. Tendrás que tener una batería de recursos variada para ir utilizándola con la idea de sorprender en ese calentamiento a tus alumnos.

Segunda parte. El pico máximo de atención.

Los próximos 25 minutos de tu clase son esenciales en la formación de tus alumnos. Los tienes al cien por cien y, si has hecho bien la primera parte, están conectados a lo que han de hacer. Aprovecha para hacer tus explicaciones y para los trabajos y actividades individuales. Su capacidad de concentración está en el punto más alto. Eso no significa que puedas estar 25 minutos hablando sin parar. Utiliza recursos de apoyo como presentaciones, vídeos ilustrativos, imágenes, textos, el libro… Y exprime esos 25 minutos al máximo porque son los más importantes de tu hora de clase.

Tercera parte. El valor añadido.

Como ya te decía en el Vídeo Post anterior, si esta parte de los últimos 25 minutos de tu hora de clase la dejas para trabajos en equipo relacionados con tu materia, ganarán dos cosas: aprender mucho más de lo que hagan, porque no solo prenderán de ti, sino también de sus compañeros. Te hablé en un post de este tema. Y además aprenden mecanismos de trabajo en equipo que serán imprescindibles para su vida profesional.

 ¿Qué te exige esta estructura de clase?

Que no busques excusas para encontrar los recursos adecuados y planificar lo que necesitas hacer además de decidir con qué objetivo educativo lo haces.

Que tu actitud sea de atención al alumno en todo momento, aprendiendo cuándo has de intervenir y cuándo has de dejar que el grupo fluya. Debes estar presente.

Que quieras divertirte. Si tú quieres divertirte y aprendes a empatizar con tu alumno a partir de conocerlo, será mucho más fácil que aquello que propongas en tu clase encaje con tus alumnos y los enganche. Eso genera una actitud de interés porque no sabrán lo que va a ocurrir y esa curiosidad conecta muy bien con el espíritu de la montaña rusa que te decía que vemos en las películas de acción o con los puntos álgidos de las series de televisión que tu cliente ve.

Un ejemplo de estructura de clases de éxito.

Conozco lo que hacen en la Escuela Joaquim Ruyra de L’Hospitalet de Llobregat de primera mano porque tengo amigos allí. Sus clases pueden ser de hasta dos horas seguidas con alumnos de primaria, pero eso sí cada 20 minutos de reloj cambian de actividad. Eso hace que la atención de sus alumnos se adapte muchísimo al ritmo que los profes proponen. Además es una escuela abierta a la colaboración de padres y otros expertos en educación que la visitan para estudiar su método de éxito y que, a cambio, colaboran con ese sistema de clases estructuradas y abiertas. Los resultados de sus alumnos son espectaculares a nivel académico. ¡Ah! y no vayas a creer que se trata de alumnos de familias acomodadas y adineradas que pueden pagar clases particulares a sus hijos y por eso los resultados. Nada más lejos de la realidad. Uno de los mejores colegios de Catalunya tiene alumnos de muchas nacionalidades distintas, con familias en el paro, con pocos ingresos e incluso alguno que llega al colegio desde centros de acogida. Pero todo eso no importa, si tienes claro que son solo circunstancias y que tú como profe puedes hacer mucho por la satisfacción personal y profesional futura de tus alumnos.

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Una más en la que verás cómo un colegio absolutamente con las mismas dificultades que los que tienen más puede llegar a ser el mejor colegio de Catalunya

Mira este vídeo sobre la Escola Joaquim Ruyra.

¿Vas a hacerlo o no? Tú decides.

Jaume Josa, Mayo de 2017

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