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7 ideas para una tutoría con la familia
En nuestro trabajo como profe tutor de un grupo, una de nuestras tareas es la de entrevistarnos con las familias de los alumnos. Hoy vamos a hablar de la tutoría con la familia para que tengas presente las siete claves que te ayudarán a convertirlas en un encuentro útil tanto para el alumno y para la familia, como para ti y el centro. No todo el que es profe está preparado para ser tutor, de eso ya hemos hablado en un post anterior, pero si el centro ha sido consecuente con lo que apuntaba en ese artículo, la entrevista con los padres no ha de ser algo que nadie tema, al contrario. Ha de ser simplemente una parte más de nuestro objetivo de facilitar que el alumno consiga los mejores resultados que puede conseguir y tenga un entorno, tanto personal como educativo, que le permita desarrollarse al máximo.
Empieza por pensar una cosa. Tú sí te has preparado para lo que vas a hacer, los padres no. Eso te da ventaja. No hay cursillos para convertirse en la mejor familia posible. Si los hubiera, seguramente no iría nadie. La razón es que cuando se trata de educar a nuestros hijos todos nos guiamos por nuestras creencias que es aquello que hemos recibido de parte de nuestro entorno a lo largo de los años. La cultura de la que provenimos, la escuela en la que hemos estado, la familia que hemos tenido, los mensajes que nos han enviado desde todos los puntos de vista, nuestra propia experiencia, … conforman nuestras creencias y cambiarlas no es nada fácil. Imagina cómo se sienten los que son padres, no han recibido ninguna formación para serlo y además lo que creían que sabían ya no sirve porque el mundo cambia a una velocidad de vértigo. Todo eso resumido significa que las familias que tendrás sentadas en la tutoría necesitan tu ayuda para hacerlo muy bien. Primer consejo: prepárate muy bien y conviértete en un experto en asesorarles. ¿Cómo? Leyendo mucho, hablando con otras personas, buscando información sobre los problemas que pueden tener tus alumnos, formándote. Eso es parte de tu trabajo. Un amigo que he citado ya varias veces en este blog, Raimon Samsó, me dijo un día «si lees cada semana un libro sobre un tema, en unos meses te has convertido en el experto mundial en ese tema». Pues, si de verdad quieres demostrar que te tomas en serio tu trabajo como tutor, conviértete en un experto mundial en asesorar a familias a colaborar en la educación de sus hijos. En nuestra Biblioteca encontrarás muchos libros y recursos por los que empezar.
Pero de momento vamos a ver lo que no debes olvidar en la próxima tutoría que tengas con la familia de un alumno.
- Si el alumno va a estar en la reunión, primero habla con él. No te interesa que el alumno vaya temiendo la reunión con sus padres. Yo aconsejo que unos días antes hables con el alumno y le expliques lo que piensas comentar, qué temas son los que tratarás y cómo lo enfocarás. No olvides que trabajas para esa persona. Es tu cliente. Así que los misterios con él no son una buena forma de ganarse su confianza. Las cartas boca arriba. Eso le permite también decidir su enfoque de la reunión, plantear problemas que necesitan soluciones que no tiene, buscar respuestas, preparar explicaciones y solicitar consejos. Tu alumno es la pieza clave de tu equipo. Tú vas con él, incluso por delante de su familia. No te interesa que te vea como un soplón que consigue que su vida sea un poco peor después de cada reunión con su familia.
- Céntrate en pocos aspectos y que estos sean significativos. Una reunión de tutoría con la familia ha de tener una duración de unos 30 minutos, no más, así que has de centrarte en lo más importante para poder hacerlo con la profundidad necesaria. Olvídate de lo que ya saben, las notas, y céntrate en lo que más valor puede aportar. Equilibra siempre en esos temas que trates los aspectos positivos y los aspectos mejorables. Todas las personas reaccionamos mejor cuando equilibran las críticas que nos hacen con elogios. Si crees que tu alumno no tiene nada positivo, tu alumno tiene un problema, pero tú aún lo tienes más grande. Te remito a un artículo que te ayudará a entender porqué lo digo.
- Controla siempre tú el ritmo de la reunión. Se habla de lo que tiene que ver con el alumno, los temas de los padres y las madres no son el lugar para tratarlos, si dejas que te los cuelen tendrás la sensación de que pierdes el tiempo y de que no ayudas en nada. Tu tema es lo que pueden hacer desde la familia para compartir con el centro el objetivo de que su hijo consiga los resultados a los que puede aspirar tanto académicos como de desarrollo personal. Eso no significa que no tengas que dejar tiempo para que hablen, claro que no; pero no dejes que la conversación se vaya por otros derroteros. Utiliza la frase «centrémonos en el tema» y verás lo bien que funciona.
- Escucha más allá de las palabras. Estate muy atento a toda la comunicación, a la verbal y a la no verbal, que te dará mucha información que no se te puede escapar. Con lo que veas actúa. Si te das cuenta que algo no los ha convencido, busca otra forma de decirlo; si te das cuenta de que eso supondrá algo que no te interesa que ocurra, córtalo -por ejemplo, un castigo al alumno que ya ves que no tendrá sentido-; atención y reacción a lo que ocurre quiere decir estar presente. Lo que ya te decía en el post anterior.
- Asesora sobre lo que pueden hacer desde el entorno familiar y, si está en la reunión tu alumno, acuérdalo como un compromiso a tres bandas. Actúa de mediador, si hace falta, hasta que llegueis a acuerdos que puedan suponer cambios a mejor y resultados nuevos. Felicita directamente por el hecho de que hayan conseguido acuerdos. Jamás hables del alumno como si no estuviera, ni permitas que lo hagan. Es la solución, no el problema, así que no lo excluyas. Tú y los padres no resolveréis ni mejoraréis nada si tu alumno no se implica, así que no lo dejéis fuera. Eres un experto, pues demuéstralo, y explica porqué las opciones que pones sobre la mesa como estrategias de mejora que crees que funcionarán.
- Acaba con un resumen de compromisos y anótalo en tu agenda o tu ficha de tutoría para que todas las partes vean que es algo que vamos a seguir como profesionales que somos. Que en nngún momento nadie tenga la sensación de que eso que ha ocurrido, la reunión de tutoría con la familia, ha sido un mero trámite.
- Explica claramente cuál va a ser el seguimiento que harás tú como responsable de la labor tutorial y finaliza con un mensaje positivo. Recuerda que sea cuál sea la circunstnacia que trates, lo importante va a ser definir claramente cuáles son los siguientes pasos para conseguir que el alumno mejore, aunque sea un alumno extraordinariamente brillante, seguro que tiene algo que mejorar.
Ya verás com s tienes en cuenta este pequeño guion de tu reunión de tutoría con la familia conseguirás mayor eficacia y mejores resultados con muchos menos conflictos y esfuerzo por tu parte.
Jaume Josa, enero de 2017